Es muy raro encontrar a una mujer que no haya experimentado una infección urinaria en toda su vida. Sin embargo, a pesar de ser una infección muy frecuente, todavía hay quien no sabe por que se produce.
¿Qué es una infección urinaria?
Es una infección que se produce en la vía urinaria, pudiendo ser una cistitis cuando sólo afecta a la vejiga, o una pielonefritis cuando se afectan los riñones. Generalmente el origen es bacteriano.
Hablamos de infección urinaria recurrente cuando son más de tres episodios en un año o más de dos en 6 meses. Y de infección urinaria recidivante cuando se produce en las primeras semanas del primer episodio y generalmente suele ser por el mismo microorganismo.
¿Es más frecuente la infección urinaria en mujeres o en hombres?
Con diferencia, es más frecuente en mujeres. Y hay situaciones que nos hacen más proclives a padecerlas: vida sexual activa, embarazo, o en la menopausia. Y ello depende de muchos factores.
La primera diferencia que tenemos con los hombres es nuestra anatomía. La uretra femenina es más corta, y se encuentra más cerca de la vagina y la región perianal, por ende, las bacterias lo tienen «más fácil» para poder llegar a nuestra vejiga. Recordar que las bacterias que frecuentemente generan infección urinaria proceden de nuestro intestino.
En las relaciones sexuales el roce continúo del periné hace más fácil el ascenso de las bacterias de nuestro intestino hace adelante, donde se encuentra la uretra, y desde allí llegan a la vejiga pudiendo generar una infección.
Durante el embarazo, la progesterona, una hormona que se encuentra en altas concentraciones, enlentece el vaciado vesical, y esto unido a la presión que ejerce el útero sobre la vejiga, favorece un vaciado más lento e incompleto, favoreciendo la replicación de gérmenes.
Durante el embarazo si la infección urinaria afecta a los riñones de la mamá, puede generar una infección más severa que aumenta el riesgo de parto prematuro. Por eso, aunque las mamás no tengan sintomatología, se recomienda realizar un análisis de orina en cada trimestre del embarazo.
Por último, en la menopausia, el descenso de estrógenos, genera una atrofia urogenital, nuestra piel y mucosas están más adelgazadas, y esto favorece que las bacterias se adhieran fácilmente y puedan generar una infección urinaria. Por eso en esta etapa son también muy frecuentes.
Otras enfermedades concomitantes pueden favorecer el desarrollo de una infección urinaria como, por ejemplo, la diabetes, enfermedades neurológicas, el prolapso de órganos pélvicos o la incontinencia urinaria.
Síntomas de la infección urinaria
Los síntomas más frecuentes son:
- Dolor o quemazón al orinar.
- Aumento de la frecuencia urinaria.
- Sensación de vejiga llena.
- Molestia o dolor en el bajo vientre
- Orina turbia o con sangre
- Fiebre, dolor en la parte baja de la espalda, escalofríos, nauseas y/o malestar general (estos últimos más frecuentes en las pielonefritis).
¿Cómo se diagnostica?
Con la clínica del paciente muchas veces nos basta para llegar a la sospecha diagnóstica de una infección urinaria. Además contamos con estudios complementarios como el sedimento urinario, un estudio muy sencillo que podemos realizarlo en la propia consulta. Y en algunos casos, por ejemplo durante el embarazo, o en infecciones urinarias recurrentes, se hace necesario un estudio más detallado, como es el urocultivo. La ecografía también puede ser necesaria, sobre todo, ante la sospecha de patología del aparato urinario.
Cómo realizar un cultivo de infección urinaria
- Retención urinaria de al menos 3 horas.
- Higiene adecuada de la zona genital.
- Colocar una gasa en la entrada de la vagina para evitar que la muestra se contamine con flujo.
- Desechar la primera micción de orina.
- Colocar el chorro medio en un frasco estéril.
- Llevarlo en las siguientes dos horas al laboratorio.
- Es importante no haber realizado tratamientos antibióticos en las últimas 72 horas.
El tratamiento antibiótico suele ser efectivo. En aquellos casos en donde los síntomas no remitan completamente o vuelvan a estar presentes a las pocas semanas, así como durante el embarazo, es necesario la realización de un urocultivo post tratamiento, dejando pasar, al menos, tres días para la nueva toma de muestra.
¿Cómo prevenir la infección de orina?
- Mantener una higiene adecuada con productos específicos para la higiene intima. ¡Ojo! La higiene excesiva no es adecuada!!
- No retrasar la micción cuando se tiene la sensación de querer orinar.
- Beber abundante cantidad de líquidos diariamente: recomendable 2 litros de agua.
- Procurar orinar siempre luego de mantener relaciones sexuales.
- La limpieza de la zona genital debe realizarse sin fricción y hacia atrás.
- Hoy en día contamos con complementos alimenticios que previenen la infección urinaria. No son todos iguales, por eso es importante que sea tu médic@ de cabecera y/o ginecolog@ quien te recomiende el mejor tratamiento para ti.