Quizás el síndrome metabólico no te suena de nada, pero si sigues leyendo puede que tú lo estés padeciendo sin saberlo…
¿Qué es el síndrome metrabólico?
El síndrome metabólico se caracteriza por un conjunto de enfermedades que pueden coexistir a la vez y desencadenan determinadas alteraciones en nuestro metabolismo más allá de lo que generan de manera individual.
Síntomas síndrome metabólico
Si sufres al menos tres de los siguientes padecimientos se considera que presentas síndrome metabólico:
* OBESIDAD: se considera cuando el índice de masa corporal (IMC) es de 30 o más. Para calcular tu IMC debes dividir tu peso (en kilos) por tu talla al cuadrado (en metros).
* HIPERTENSIÓN: valores de tensión arterial superiores a 130/85 mmHg.
* NIVEL ELEVADO DE AZÚCAR EN SANGRE: se considera elevado valores igual o mayores de 100 mg/dl tras 8 horas de ayuno.
* TRIGLICÉRIDOS ALTOS: mayor a 150 mg/dl.
* COLESTEROL HDL BAJO: también llamado «colesterol bueno» se consideran niveles bajos valores inferiores a 40 o 50 mg/dl para hombres o mujeres, respectivamente.
¿Cómo afecta a las mujeres el síndrome metabólico?
En las mujeres en edad fértil el síndrome metabólico puede afectar su fertilidad por interferir con la ovulación, ya que se lo relaciona con el síndrome de ovario poliquístico, menor calidad ovocitaria o riesgo de aborto en el caso de pacientes con obesidad, además de producir un aumento de los niveles de andrógenos en sangre (hormonas masculinas) pudiendo desencadenar hirsutismo (aumento del vello).
Durante la menopausia es más frecuente por la ausencia del efecto cardioprotector de los estrógenos, y el problema radica en que el síndrome metabólico aumenta la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares o diabetes tipo 2.
Cómo prevenir el síndrome metabólico
Si bien hay determinados fármacos específicos para tratar estas dolencias, muchas veces la modificación del estilo de vida puede ayudar a disminuir el riesgo de padecer el síndrome metabólico.
Por eso antes de comenzar, o bien de manera conjunta, con tratamientos farmacológicos siempre es recomendable acudir a un profesional (nutricionista y/o licenciado en actividad física) para que nos ayude a corregir malos hábitos y con ello recuperar nuestra salud.
La REDUCCIÓN DE PESO es fundamental ya que muchas veces esta reducción se acompaña de una mejora tanto en los niveles de tensión arterial como de triglicéridos o azúcar en sangre, y hasta puede restablecer los ciclos ovulatorios, en aquellas pacientes con alteraciones del ciclo. Para ello se recomienda una dieta hipocalórica y la realización de actividad física.
En cuanto a la ALIMENTACIÓN resulta fundamental una dieta basada sobre todo en alto contenido de fibra (que podemos encontrar en las frutas, verduras y cereales integrales), grasas saludables (frutos secos, aceite de oliva, pescado azul), y reducir la ingesta de alimentos procesados (que suelen ser alimentos hipercalóricos con elevado contenido de sal y grasas saturadas).
Como siempre «el mejor tratamiento es la prevención». A cuidarse y nos vemos pronto!