Así como preparamos nuestro cuerpo si tenemos pensado participar en una maratón, también deberíamos prepararnos para la menopausia. En este caso no para ganar una carrera, sino para llegar en forma en esta etapa de nuestra vida. ¿Te apuntas?
LA MENOPAUSIA o «SEGUNDA PRIMAVERA», como la describe la medicina tradicional china, tiene connotaciones muy diferentes en occidente u oriente, siendo en esta última una de las etapas más importantes de la vida de una mujer que representa una renovación de la energía y de las oportunidades.
Más allá de no vivirlo como una enfermedad (ciertamente no lo es), consideran esta etapa como una transición natural del paso de la vida. Así como existe el día y la noche, la primavera y el otoño, nuestro cuerpo también experimenta estos cambios, y aceptarlos como algo natural puede hacer más llevadero este momento.
Aún así los cambios producidos durante la menopausia varían mucho de una mujer a otra, tanto su aparición como intensidad dependerá de muchos otros factores, que hacen que, al igual que cualquier otro acontecimiento importante en nuestra vida, por ejemplo la llegada de un hijo, se viva de una manera particular y diferente en cada persona.
¿QUÉ ES LA MENOPAUSIA O CLIMATERIO?
Aunque muchas veces se lo confunde, el CLIMATERIO serían todos los cambios que comienzan a aparecer generalmente luego de los 40 años en nuestro organismo, que serán más evidentes sobre todo, en el ciclo menstrual (ciclos más cortos, más largos, sangrados irregulares) debidos a la función ovárica que empieza a disminuir. La MENOPAUSIA hace referencia sólo al cese definitivo del ciclo menstrual (se considera definitivo luego de 12 meses sin regla), dividiendo al climaterio en dos etapas: premenopausia y postmenopausia.
¿QUE CAMBIOS SUELEN APARECER EN ESTA ETAPA?
Es descenso de los estrógenos es el factor que desencadena la sintomatología característica, pudiendo afectar a diferentes niveles:
- SOFOCOS: es una sensación de calor acompañada de sudoración predominantemente a nivel de cara y tórax que dura unos minutos. Si se producen durante la noche, afectando el sueño, pueden producir insomnio, cansancio e irritabilidad.
- SEQUEDAD DE PIEL Y MUCOSAS: sobre todo a nivel urogenital, produciendo una sensación de disconfort o molestias en las relaciones sexuales al disminuir la humedad, la lubricación y la elasticidad vaginal. También la atrofia puede predisponer a la aparición de infecciones o incontinencia urinaria.
- CAMBIOS EN EL ESTADO DE ÁNIMO: algunas mujeres pueden experimentar tristeza, ansiedad, dificultad para concentrarse o conciliar el sueño y disminución del deseo sexual.
- OSTEOPENIA: es la pérdida de masa ósea, que genera un hueso más frágil y cuando esta situación es más severa se denomina OSTEOPOROSIS aumentando el riesgo de fractura.
- MAYOR RIESGO CARDIOVASCULAR: las mujeres gracias a los estrógenos tenemos un menor riesgo cardiovascular comparado con los hombres, pero este beneficio desaparece tras la menopausia.
¿HAY TRATAMIENTO?
Si. Y es importante acudir al especialista para mejorar nuestra calidad de vida. Lamentablemente muchas mujeres optan por «aguantar» los síntomas por miedo, sobre todo, a los tratamientos hormonales, miedos que en cierta parte es culpa de nosotros, los profesionales, que muchas veces minimizamos los síntomas como si lo normal fuese tener que pasarlo mal en lugar de indicar un tratamiento.
Estos cambios pueden aparecer con mayor o menor intensidad y sólo en aquellos casos en los que interfieran de manera importante en la calidad de vida o en nuestra salud estará indicado realizar un tratamiento específico, que puede ser hormonal o no, dependiendo de cada paciente y de la sintomatología que presente.
Resumiendo entonces: ¿hay tratamiento?: si, ¿para todas?: para quien lo necesite, ¿siempre son hormonales?: no siempre.
La realización de ejercicio físico es fundamental, por un lado, para no perder la masa ósea y muscular y para el control de peso, como así también para favorecer el descanso nocturno. También es aconsejable llevar una alimentación saludable que pueda ayudar a disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular y a cuidar nuestros huesos. En definitiva, llevar un estilo de vida saludable nos ayudará a transitar esta etapa como algo natural en nuestra vida.