El dolor de regla es algo que prácticamente todas las mujeres hemos experimentado. A veces el dolor de regla puede ser algo normal, pero no siempre. A continuación te contamos el porque.
El dolor de regla o dismenorrea es muy común, afectando a un tercio de las mujeres, especialmente en las primeras etapas de la vida (adolescencia o adultas jóvenes). El dolor de regla se manifiesta por un dolor intenso previo o durante la regla en la región pélvica, que puede irradiarse a la zona lumbar o a las piernas. Esto es producido por las contracciones uterinas durante el período menstrual.
El dolor de regla puede ser agudo o continuo, pudiendo asociarse a otros síntomas tales como nauseas, vómitos, dolor de cabeza, mareos, diarrea o irritabilidad, afectando la calidad de vida de la mujer, no sólo a nivel físico, sino también a nivel psíquico y/o emocional. Las mujeres fumadoras o con sobrepeso tienen más predisposición de padecerlo.
El dolor de regla se puede clasificar en:
- PRIMARIA: más frecuente luego de la primera regla, o en pacientes jóvenes, sin hijos. Se debe la acción de las prostaglandinas liberadas durante la regla que provocan espasmos o contracciones uterinas. No suele asociarse a patología ginecológica.
- SECUNDARIA: más frecuente en pacientes adultas, con hijos, que pueden padecer alguna enfermedad asociada: endometriosis, miomas o pólipos uterinos, enfermedad inflamatoria pélvica o quistes ováricos, entre las causas más frecuentes. En estos casos el dolor puede comenzar días antes de la regla y persistir después de ella.
Es fundamental realizar un diagnóstico correcto en base a la historia clínica y pruebas complementarias para un adecuado tratamiento, ya que como veis, detrás de una regla dolorosa puede haber una enfermedad, vale?
¿Qué podemos hacer para aliviar el dolor de regla?
Es recomendable la realización de ejercicio, sobre todo aeróbico de manera regular. El calor, ya sea un baño caliente o una almohadilla térmica en la zona pélvica puede mejorar los síntomas. La práctica de técnicas de relajación como meditación, mindfulness o yoga también pueden ayudar a mitigar el dolor, si lo realizamos de manera regular.
También es importante disminuir el consumo de tabaco, alcohol y cafeína y aumentar el consumo de frutas, verduras y agua. Hay que procurar seguir una dieta baja en grasas saturadas y sodio, que promueve la retención de líquidos, favoreciendo la aparición de síntomas asociados al dolor menstrual, tales como el dolor mamario o la distensión abdominal.
En cuanto a las terapias alternativas, los suplementos con magnesio o vitamina B1, así como la acupuntura pueden ser un tratamiento complementario para el dolor crónico.
Cuando estas medidas no son suficientes, en la mayoría de los casos el tratamiento farmacológico con analgésicos, antiespasmódicos, opiáceos (en casos severos) o anticonceptivos hormonales mejoran el cuadro clínico.
Si, la regla duele, es algo muy frecuente, pero no por ello es sinónimo de que sea normal. Acude a tu ginecólogo para encontrar la causa y el tratamiento más adecuado.
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