Llega el verano, toca disfrutar del sol, y aunque estés esperando a tú bebé nada te impide que puedas pasar un verano estupendo. Pero hay algunas cosas de debemos tener en cuenta ya que no solamente es nuestra barriga la que cambia. Durante el embarazo la piel también sufre cambios, sobre todo por estímulo hormonal, que luego en su gran mayoría desaparecerán tras el parto. Te contamos cuales son y que podemos hacer para prevenirlos:
MAYOR PIGMENTACIÓN: Lo más llamativo suele ser el cloasma gravídico, o máscara del embarazo, que es una mayor pigmentación que se produce en el rostro de forma simétrica pudiendo afectar las mejillas, pómulos y frente. También puede pigmentarse el complejo areola-pezón, la línea alba (que es una línea que se sitúa por arriba y por debajo del ombligo), los genitales externos o incluso algunos lunares preexistentes. ¿Qué podemos hacer para evitarlo? Usa protección solar alta (FPS +50) ya que aunque suele desaparecer, algunas veces puede persistir siendo necesario algún tratamiento despigmentante tras el parto.
ACNÉ: Tanto en cara, como en torso superior, suele ser leve y transitorio. Tampoco es raro la aparición de pequeños fibromas (similares a verrugas).
CAMBIOS VASCULARES: Nuestras piernas pueden ser víctimas de las arañas vasculares o varices incluso pueden aparecer várices en los genitales externos y en región perianal dando lugar a las hemorroides. Todos estos cambios suelen incrementarse a medida que avanza la gestación. Las temperaturas elevadas y estar mucho tiempo de pie o sentada pueden empeorar la situación. Medias de compresión, geles con efecto frío (o un paseo por la playa para las que tenemos esa suerte de tenerla cerca) y reposo con los pies elevados son algunas de las medidas que nos pueden ayudar, aunque en casos severos es recomendable la valoración por el especialista.
EDEMA: Suele ser principalmente en miembros inferiores pero conforme avanza la gestación también lo notaremos en manos, pudiendo generar el síndrome del túnel carpiano, manifestándose como adormecimiento o dolor sobre todo al levantarnos. El rostro se tornará más redondeado debido al edema facial, más comúnmente, al finalizar la gestación. Evitar el consumo excesivo de sal y dormir con los pies y antebrazos ligeramente elevados mejorará la sintomatología.
CABELLO: Probablemente tendrás una melena estupenda durante tu embarazo, aunque tu cuerpo también lo notará, ya que puede aparecer hirsutismo, mayor vello en zonas donde no sueles tener. Pero todo pasa, durante el puerperio suele haber una caída importante del cabello que se normalizará en algunos meses. Algunos complementos alimenticios indicados durante la lactancia pueden ayudarnos a mitigar estos cambios.
ESTRÍAS: Por último lo más temido: las estrías se forman por un excesivo y brusco estiramiento que termina rompiendo las fibras elásticas. Son líneas rojo-vinosas al principio que con el tiempo quedarán blanco-nacaradas. Lo importante: una correcta hidratación corporal sobre todo en abdomen, caderas y pecho. Una buena opción puede ser el aceite de almendras dulces o algunas cremas específicas para utilizarse durante el embarazo. Y si has llegado tarde, no te preocupes, actualmente los dermatólogos tienen tratamiento para ello.
Así que toma nota: protección solar, hidratación corporal, evitar el sedentarismo y alimentación saludable claves para cuidar tu piel durante el embarazo.
Hasta la próxima!
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